Una vez, hubo una huerta,
huerta urbana en plaza urbana.
(Mucho cemento.)
Un burócrata incapaz,
con exceso de poder,
pero mucho mucho miedo
la mandó exterminar
con cemento.
(Mucho cemento.)
Pero la paredes gritan
indignadas;
las paredes resisten
alborotadas.
Gritan los trazos,
gritan colores,
gritan poemas,
gritan dolores.
Te llaman, te imploran,
te intiman.
La huerta no ha muerto,
lucha, sueña, vive
sumida en cemento.
(Mucho cemento.)
Vamos,
que no está dormida
ni ha muerto.
Yace esperando
pupila encendida
a que despertemos
de bajo el cemento.
(Mucho cemento.)
A que despertemos
con estómago hambriento
y nos decidamos
a romper cemento
y sembrar la huerta
de lucha, de sueño
de nuevo alimento.
(Basta de cemento.)
Las pareces gritan,
indignadas,
las paredes resisten,
alborotadas.
¡Libertad! |
Ni Dios ni el Estado deciden sobre tu cuerpo. |
¡Anarquía! |
Capitalismo asesino. |
¡Libertad! |
Infancia... ¿bajo cemento? |
Las paredes cobijan clamores. |
4 comentarios:
Impresionante. Es una voz de futuro. Alguna vez tenía que ser, y ya se está escuchando. Es el comienzo de una forma de vivir del futuro, ya está sentando sus bases.
Gracias, Stella. Por todo. Por compartirlo. Si no se cumple el círculo, la creación se queda muy solita, encerrada. Vos le abriste una puerta. la de tu corazón.
Buen poema y claras y contundentes imágenes. Salu2. desde Canarias.
Muy tarde pero ¡muchas gracias! Bello lugar Canarias, que desearía conocer.
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